El peor corte
- Sarita Esses
- hace 4 días
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UN AMARGO DÍA EN EL SALÓN.

Han pasado seis meses. El cabello creció y la rabia se diluyó como una gota de colorante en las aguas del tiempo.
Creo que ustedes también recordarán ese amargo día, en que volví del salón de belleza con lágrimas en los ojos e insultos en mi cerebro.
Había ido donde un estilista nuevo, no por ser desleal a quien me atiende desde hace años, sino para variar un poco. Esa traición me salió emocionalmente cara.
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