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No te quise defraudar

  • Foto del escritor: Sarita Esses
    Sarita Esses
  • 30 may
  • 2 Min. de lectura

Carta a una vieja conocida.



Nuestras citas se tornaron cada vez más espaciadas. Tú paciente me esperabas, pero poco a poco me fui alejando.


Todas las relaciones requieren compromiso y la nuestra no fue la excepción. Por eso me duele haberte defraudado.


¿Recuerdas? Estuvimos juntas en la escuela y hace 10 años nos volvimos a encontrar. Tenía tanto que contarle y tú estabas dispuesta a escuchar.


Yo me estaba divorciando, y en el momento más desafiante de mi vida, me diste el espacio para encontrarme, desahogarme y reflexionar. Te conté de mi corazón roto, mi matrimonio fallido, los retos con mis hijos. También hubo momentos de risa y jovialidad.

Rápidamente te convertiste en mi bastón de apoyo, mi calma en medio de cualquier tempestad. Eres leal y discreta; no repites nada que yo no te deje contar.


Contigo estoy tranquila, pues a diferencia de tantas personas, no me vas a traicionar.

Me presentaste gente nueva, me obligaste a ser más social. Todos nuestros momentos juntas han sido de serena felicidad.


Pero mi percepción de la vida fue cambiando. Perdí la capacidad de seguirte el hilo y hay ocasiones en que pienso mucho, y no me quedan ganas de hablar. Sé que fui malagradecida, y ahora me vengo a disculpar.


Estoy sentada frente a ti. Tu ojo parpadea impasivo, expectante, y mis palabras no fluyen con la misma facilidad.


En los últimos meses, he tratado de tender un puente sobre el abismo. Te ruego que me des otra oportunidad.


Quiero que seas de nuevo la vasija donde remojo, retuerzo y tiendo al aire mis pensamientos. Sin ti mi vida no es igual.


Quiero extender mis dedos de nuevo sobre tu teclado y contigo volver a conectar.

Escribir es nadar en un mar de letras, donde nunca me voy a ahogar.

1 Comment


Mirela Rojas
Mirela Rojas
Apr 24

hola

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