Qué bonito el potencial
- Sarita Esses
- 14 mar 2019
- 2 Min. de lectura
Imaginen que tienen su propia empresa. Un proyecto en el que volcaron todo su esfuerzo, invirtieron la totalidad de sus recursos y del cual depende su bienestar futuro.Imaginen que están buscando personal para llenar las diferentes vacantes que un emprendimiento de esta magnitud requiere.

Aceptan las solicitudes de empleo y llegan muchos postulantes. Los empiezan a entrevistar. A la hora de elegir, ¿a quién contratan? ¿Al que tiene potencial o al aspirante que está calificado para el puesto? Esta no es una pregunta capciosa. En el mundo mucha gente tiene potencial para hacer cosas maravillosas, pero si no las desarrollan y no se capacitan para hacerlas, entonces no sirve de nada.La realidad es que para este supuesto ‘negocio’ vamos a contratar solo a los mejores candidatos, a los más calificados y a los que puedan aportar a este esfuerzo conjunto. Alguien que sea un activo, no un ‘liability’ o un factor de riesgo que nos perjudique, drene, o peor aún, nos arruine. Les cuento que ese negocio del que hablo es la vida misma. La nuestra.Me pregunto, si somos así de cuidadosos, precavidos y discernientes para un negocio, ¿por qué dejamos que cualquiera ocupe puestos de relevancia en nuestras propias vidas? El mayor y más importante emprendimiento que tenemos, uno que es único y que no tiene repuestos. Le abrimos las puertas a personas que no están facultadas para ser parte de nuestro camino. Sé que en muchos casos los dejamos solo porque vemos su potencial. Es así que cruzamos los dedos y quemamos incienso esperando que lo usen, reaccionen o que cambien.Pues les adelanto que eso no sirve. El potencial es como un poroto. Si no lo siembras, no le echas agua ni le das cariño, seguirá siendo un poroto. Y un poroto crudo no sirve ni siquiera para comerlo.Yo desperdicio demasiado tiempo en las redes sociales. Entro a dar una vuelta breve en Instagram, y cuando me doy cuenta, ya me reí de chistes malos, ya saqué ideas para combinar mi ropa, ya me enteré de todo un poco, etc. Pero a veces encuentro chispas de sabiduría, como el video que inspiró esta columna, del autor y orador Stephan Labossiere, @stephanspeaks.En él hablaba de que muchas personas tienen potencial para dirigir una compañía de Fortune 500, pero si van a una entrevista no las van a contratar porque no están calificadas. Sin embargo, ahí les pueden decir qué necesitan hacer para llegar a estarlo. Y si lo quieren de verdad, pueden trabajar en ello, capacitarse, hacer el esfuerzo y regresar luego, cuando estén listas para asumir la responsabilidad.También dio el ejemplo de alguien que se propone construir algo. Lleva los bloques, prepara el cemento, dispuesto a trabajar, y llega otro solo con una silla y una jarra de limonada. El de la limonada tendrá potencial y todo lo que quieras, pero mientras se quedé ahí sentado y no haga nada… ¿en verdad necesitas alguien así en tu proyecto de vida?La respuesta es obvia, pero a veces no vemos las cosas tan claras. Ese video me abrió los ojos para reestructurar mi empresa y poner mi negocio en orden. De ahora en adelante solo contrato a los mejores, y los que no están calificados, pues están despedidos.
Commentaires